




Las niñas y niños que educan y desarrollan el oído tienen mayor capacidad de concentración y de escucha y captan mejor los mensajes del día a día.
¡Y la última pista que nos quedaba por encontrar!
La escucha
Cuando aprendemos con el Método Suzuki, los niños y niñas parten de lo sensible para aproximarse progresivamente a lo intelectual. Es decir que partimos de la escucha, la imitación, la repetición y la participación activa y directa.
¿Sabéis qué cualidades desarrolla la imitación en los niños y niñas?
-
La observación consciente
-
La capacidad de atención
-
La capacidad de concentración
-
La asimilación-comprensión
-
La retención (memoria próxima y remota)
-
La comunicación expresivo-creativa
A la hora de desarrollar la Metodología, no podemos olvidar el escuchar las piezas en nuestro día a día para construir un entorno musical y recibir el lenguaje de la música como algo cotidiano. Este punto es esencial para que niñas y niños escuchen, imiten, reproduzcan y retengan de manera divertida, natural y feliz.
¿Recordáis cómo aprendieron a decir mamá o papá vuestros hijos/-as?
-
Escucharon miles de veces esa palabra y de muchas formas diferentes (cantada, susurrada, con entusiasmo, con suavidad, etc.).
-
Balbucearon esa palabra mostrando su capacidad de imitación y repitieron este proceso muchísimas veces, gozando de toda nuestra atención y nuestro entusiasmo.
-
Tras mucha escucha, imitación y repetición consiguieron pronunciar esa palabra a la perfección y nosotros, como padres, lo festejamos por todo lo alto con gran emoción.
¿Cómo apoyamos a nuestros hijos/-as en el proceso de aprendizaje del violín o del piano?
-
Recordaremos siempre el paralelismo que existe entre la Metodología Suzuki y el proceso de aprendizaje del habla.
-
Respetaremos siempre su ritmo natural de aprendizaje manteniendo un entorno de paciencia, respeto y amor potenciando así su confianza.
-
Mantendremos siempre una actitud positiva, activa y optimista al igual que lo hacíamos en el proceso de aprendizaje del habla.