¿Cuál es la mejor edad para acercarse a la música? Esta suele ser alguna de las preguntas más recurrentes que solemos recibir dentro del Aula. Y nosotros solemos responder: ¿Cuál es la mejor edad para aproximarse al lenguaje? 

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​Acercarse a la música desde bebés, estimula nuestra inteligencia emocional y nuestras capacidades. Vamos absorbiendo los patrones tonales y rítmicos, adquiriendo vocabulario musical, comprendiendo progresivamente el funcionamiento del lenguaje sonoro y dando una significación a cada elemento, tal y como hacemos al aprender nuestro idioma. Todo ello, cuidando y respetando cada etapa: 

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• La etapa informal: nos referimos a aquella que va desde los 0 años hasta a los 3 o los 4 años aproximadamente, dependiendo del periodo evolutivo de cada alumno o alumna. En esta etapa, se presentan los elementos musicales de una manera no estructurada con el objetivo fundamental de construir un entorno sonoro para poder sumergirnos en él. Lo que esperamos de las familias, niños y niñas es que se rodeen de música y absorban sus estructuras y patrones de manera natural, a través del juego y del movimiento. Una actividad propia para esta etapa serían nuestras sesiones de Educación Musical Temprana.

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• ​La etapa formal: nos referimos a aquella a partir de los 4 o 5 años, dependiendo del periodo de crecimiento en la que se encuentre cada niño o niña. Es en este momento cuando os animamos a comenzar con el aprendizaje instrumental. El aprendizaje instrumental desde la infancia incide en la formación física y motora de niñas y niños, proporcionándoles un mejor sentido del equilibrio, la lateralidad y la motricidad. Además, el desarrollo de la concentración y de la capacidad de escucha se verán reflejados en otros ámbitos de sus vidas. Los niños y niñas que educan y desarrollan el oído, desarrollan su empatía y captan mejor los mensajes del día a día. ​En esta etapa, nos adentramos en un proceso de enseñanza-aprendizaje formal y estructurado en pequeños puntos de enseñanza perfectamente secuenciados y progresivos, presentados de una manera estimulante y atractiva.

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​El aprendizaje y la práctica instrumental evidencian logros y generan sentimientos de satisfacción que se trasladan al desarrollo emocional y de la autoestima.

 

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